domingo, 3 de junio de 2012


Las estimaciones obtenidas de una serie de informes internacionales indican que al menos un niño de cada
diez nace con una disminución grave, o la adquiere posteriormente, de tal modo que, en ausencia de los
cuidados apropiados, el desarrollo del niño puede verse obstaculizado.
Aproximadamente el 80% de los 200 millones de niños del mundo que, según las estimaciones, sufren
discapacidades viven en países en desarrollo; muy pocos de entre ellos reciben una atención sanitaria y
una educación adecuadas, y menos de un 2% reciben algún tipo de servicios especiales.
Esta sombría evaluación internacional está basada en una serie de informes que abarcan los cinco continentes. Para comprender estas realidades , basta con visitar un pueblo cualquiera de Asia , Africa, América
Latina o el Medio Oriente, o cualquiera de los barrios míseros que circundan las ciudades en esas partes
del mundo. En ellos puede uno comprobar que por todas las carreteras y caminos, en cada aglomeración
de viviendas, hay niños cuyos impedimentos, y la falta de acceso a los conocimientos y técnicas existentes, constituyen un veto a sus posibilidades de desarrollo personal.
Los valores exactos de estas estimaciones pueden ser más o menos controvertidos, pero la necesidad está
ahí, y es real. Es una necesidad agravada por la pobreza y el subdesarrollo, pero también por guerras que
son causa de devastación y que entrañan un considerable coste social, económico y emocional para las
personas discapacitadas, para sus familias y para la comunidad que las rodea.
La mejora de esta situación requerirá tiempo, pero también, ante todo, un compromiso y una voluntad
política de introducir cambios, transformando las actitudes y el comportamiento de los seres humanos,
integrando conceptos nuevos en los programas de servicios destinados a las personas, y modificando las
estrategias de desarrollo.
Desde una perspectiva más optimista, es demostrable la posibilidad de dispensar muchos de los tipos de
asistencia necesaria si se sal)e utilizar adecuadamente recursos al alcance de muchas de las familias y
comunidades de los países en desarrollo.
Una modesta mejora de los programas de formación y de los servicios sanitarios, de asistencia social y
de educación básicos que ya existen permitirá beneficiarse de ellos a los niños con discapacidades. Esa
7mejor utilización de los recursos humanos existentes es, de hecho, la única esperanza de ayuda para los
millones de niños que sufren ya o están en peligro de verse afectados por discapacidades.
Consciente de la magnitud de esas necesidades y de la limitación de recursos, teniendo presentes los principios de normalización, integración y participación preconizados por el Programa Mundial de Acción
sobre los Discapacitados , los participantes en la Consulta sobre Educación Especial de la UNESCO
(1988) reconocieron en la educación integrada y en la rehabilitación de base comunitaria dos puntos de
vista complementarios para conseguir una educación y formación reales y económicamente eficaces de
las personas discapacitadas. Ambos enfoques tienen por objeto beneficiar al mayor número posible de
personas discapacitadas y a sus familias, y constituyen dos componentes esenciales de una estrategia
mundial en todos los órdenes.
La discrepancia entre necesidades y prestaciones a nivel mundial ha suscitado un reexamen de las estrategias en materia educativa. Gran número de países han respaldado el marco de actuación de la
Conferencia Mundial sobre Educación para Todos, y están ya adoptando medidas para aplicar sus recomendaciones y para, en la medida de lo posible, mejorar los servicios destinados a los niños con necesidades de educación especiales (niños discapacitados) en el contexto de la educación ordinaria.
En el presente documento se plantean cuestiones importantes sobre este particular, y se examinan diferentes posibilidades de solución.
Este proceso de transformación conseguirá sus mejores logros si puede contar con la iniciativa de los
gobiernos, y con la participación de organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales de ámbito internacional, programas bilaterales de ayuda, organismos voluntarios y grupos comunitarios de los

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